Decálogo básico para abrir una librería. Maite Aragón | Trama Editorial

Decálogo básico para abrir una librería. Maite Aragón

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Maite Aragón estuvo en el proyecto librero de La Extravagante y ahora está en el recién inaugurado Caótica. En 2013 elaboró este decálogo que nos parece interesante recuperar y ponerlo de nuevo en la conversación.

0. Para todo amante del libro y las librerías, la librería es un espacio sagrado… y ser librero, a ojos de los del otro lado del mostrador, puede parecer un oficio relajado, exclusivamente placentero y feliz… LA REALIDAD ES DIFERENTE. Las librerías son sagradas, sí, y ser librero también. Y lo sagrado implica estrés, responsabilidad, a veces soledad y muuuuuucho mucho trabajo. Mucho esfuerzo.

1. Si has pasado al siguiente punto y quieres seguir adelante con tu sueño, ubica una zona con actividad cultural de la ciudad

2. Estúdiala. La gente que la transita. Los comercios que se ubican allí.

3. Elige un local con escaparate, preferiblemente. Luminoso. Bien orientado. Los metros dependerán del tipo de librería que quieras montar. Precio: lo más bajo posible. Mínimos gastos para poder darle aire a un comienzo y tiempo para evolucionar. Si asumimos costes muy altos, por encima de lo que la venta de libros pueda dejarnos de margen, corremos el peligro de tener una gran propuesta pero no tener tiempo para sustentarla.

4. Sé realista contigo mismo, busca en qué tipo de libros eres especialista, qué te apasiona y dedícate a eso. Especializarse te hace distinto. Crea interés. Y sé realista, mídete en tu forma de ser y en tus entregas, para saber hasta dónde quieres dar para tener tu librería, qué horarios puedes sustentar, tu capacidad de trabajo y si puedes solo o necesitas ayuda. Siendo realista en este punto te evitas muchos problemas posteriores. Si lo montas con alguien, mide la compatibilidad con tu socio. Es importante, como libreros, sois extensiones el uno del otro y todos tendréis que defender el fuerte con la misma motivación y convicción.

5. Contacta con comerciales de distribuidoras de la zona. Si no conoces, no dudes en preguntar en otras librerías de la ciudad o consultar las webs de editoriales, será fácil. Lo difícil será luchar las condiciones. Utiliza tus contactos si los tienes y haz valer tu experiencia en el mundo del libro como aval. Intenta no endeudarte. Intenta conseguir depósitos (tanto las editoriales como las distribuidoras necesitan espacio de exposición) y si lo haces, llévalos al dedillo porque pueden sepultarte. Y si trabajas en firme, controla mucho, selecciona mucho y revisa los vencimientos de las facturas para mantener un mínimo de tesorería aceptable siempre. Sobre todo, explícales tu proyecto de librería con convicción: un librero con experiencia, motivado, que escoge un buen local, visible, en una zona de movimiento de la ciudad… pueden ser un gran aval para todas las distribuidoras. No prostituyas tu concepto de librería, defiéndela ante ellos y elige bien lo que quieres.

6. Crea un espacio acogedor. Cálido. Proyecta en tu local tu librería ideal e intenta conseguir que se parezca lo más posible (dentro de los límites que te marque tu presupuesto para la adecuación). Vuelca tu personalidad en tu librería para que consigas eso que puede llamarse una «librería de autor»; si se parece al salón de tu casa, no te asustes, es tu espacio, el lugar sagrado en el que impartirás tu ministerio: es tu casa. Como corren vientos de cambio en el sector, piensa en ofrecer añadidos: café, vino, algo de comida. Dependiendo de los metros y la propuesta de librería que tengas puede ser una simple cafetera y un sofá (el olor a café o té combina genial con el de libro) o una barra con cafetería. No desesperes con las licencias del ayuntamiento y hazles ver que es un concepto híbrido (quizá entre todos consigamos pronto licencias mixtas). No te pilles los dedos con la ilegalidad, o lo mínimo posible, el oficio de librero no da para sustentar multas.

7. No tardes mucho en abrir, cada mes con la puerta cerrada son gastos que no se sustentan de la venta pero no abras si no estás mínimamente preparado. Confía en ti, el tiempo te irá dando la sabiduría para ir moviéndote como pez en el agua. Implica a tus conocidos de la zona. Empieza a crear expectación sobre tu apertura, crea curiosidad. Pide ayuda a gente que quiera implicarse, crea comunidad, haz sentir que la librería es de todos, empieza a trabajar desde ya la fidelidad. Implica a comercios, colegios, interactúa con ellos. Busca clientes antes de abrir.

8. Haz una fiesta de apertura. Te mereces celebrarlo. Añade acción cultural: música, teatro, animación. Y ya que estás con esas espero que hayas pensado en qué propuesta cultural tendrá tu espacio: talleres de lectura (niños y mayores), talleres de otra índole (que sean express, hoy a la gente le cuestan los compromisos a largo plazo), conciertos, proyecciones, teatro, presentaciones de libros, conversatorios… todo o nada de eso. Es tu elección. Solo tienes que saber que las actividades culturales no dejan mucho margen y que a veces funciona la convocatoria, otras no. PEro es un empeño que inicialmente merece muchísimo la pena para darse a conocer, llamar la atención crear cartera de clientes. Luego, como ya te habrás enviciado, porque crear cultura es un veneno que engancha, no podrás parar. Y cada vez harás cosas mejores, con gente de primera línea. Estoy segura. Si tu espacio tiene un espacio reservado para las actividades, porque te lo puedes permitir, mejor que mejor, nunca cegarás el espacio de venta y eso te dará mayores posibilidades.

9. Dispuesto a hacer de todo y a que no se te caigan los anillos con nada, lo mismo, quizá, tengas que arreglar un enchufe que hacer de interiorista que de gestor cultural, que de relaciones públicas, que de contable. Organízate bien qué tiempo es para cada cosa. Y no asumas cosas que sabes que no puedes asumir: si no se te dan bien las cuentas es mejor asumir un gasto (pagando a quien lo hace de maravilla) que hacerlo tú, quemarte y hacerlo mal (y tu librería corra el riesgo de perecer en un maravilloso intento). Usa tus recursos y busca a la gente que mejor hace lo que tú no sabes hacer. A veces sirve el trueque pero si no sirve, cualquier dinero estará bien pagado por hacer las cosas bien.

10. Sé permeable. No dejes de estar al tanto de la evolución de las librerías, de las tendencias, dialoga con otros libreros, súmate a lo que los demás hacen bien. No dejes de innovar y adecuarte a los tiempos. Pero sobre todo… NO DEJES DE DISFRUTAR con lo que haces, es lo que hace que el esfuerzo tenga sentido y merezca la pena… y lo mejor, los clientes te lo agradecerán y se volverán adictos a lo bueno que desprendes.

¡SUERTE!

Sobre librerías en la colección Tipos móviles.

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