Una nota rápida y sentida.
Don Pepe Latorre, que se sabía los vámonos derechos, y también los chuecos… Irrepetible, incomparable. Nos vemos pronto, maestro…
Decía ya hace unos cuantos años Javier López de Munain, histórico librero de la ya desaparecida Parnasillo de Pamplona:
Me acordaré siempre de Pepe Latorre, de Nuevas Estructuras, una distribuidora que todavía funciona, y que estaba entonces en la calle Libertad. Encontrabas de todo: libros de la editorial Joaquín Mortiz (que era una filial mexicana de Seix Barral, donde editaban Goytisolo y tantos otros prohibidos), libros de Sender, de Alberti, todos prohibidos, editados en Argentina o México. Lo cuentas ahora y la gente no se lo cree. Y encontrabas sexo (el Marqués de Sade, por ejemplo), y política… Cuando digo política digo marxismo, o a lo sumo cosas de los anarquistas.
Pepe fue en su tiempo y momento uno de los importadores y distribuidores heroicos que permitieron ese viaje de ida y vuelta de libros y editores entre las ‘dos orillas’.
Otro Pepe, Pepe Alcrudo fundador del las librerías Pórtico en Zaragoza nos cuenta:
A través de un viajante de libros, Pepe Latorre, consigue que su futuro amigo y otro hombre clave en el mundo del libro español de la segunda mitad del pasado siglo, Pancho González, le proporcione libros sudamericanos prohibidos, iniciando así tanto un arriesgado comercio clandestino y antifascista, como una referencia mítica en la ciudad.
¡Nos vemos pronto maestro!