e-book versus p-book. James Surowiecki | Trama Editorial

e-book versus p-book. James Surowiecki

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boo(Imagen del artículo original)

Cuando Barnes & Noble anunció, hace un par de semanas, que su división Nook había perdido casi quinientos millones de dólares durante el pasado año y que su Director General iba a dimitir, hubo una conclusión clara: la compañía estaba en la ruina. Después de todo, la Nook  era la manera en que B. & N. iba a competir con Apple y Amazon, y prosperar en un futuro dominado por los e-books. Con el fracaso de Nook, B. & N. no parecía más que otro acrónimo de empresa, una cadena de cavernosos almacenes vendiendo un montón de productos obsoletos. ¿Quién ha vuelto a ir a una librería a comprar un libro físico?
Pero las necrológicas escritas apresuradamente obviaron algunos hechos importantes. Para empezar, el negocio de venta al por menor de B. & N. todavía ganaba bastante dinero, y, aunque las ventas cayeron el año pasado, sus beneficios crecieron. Sus operaciones, gracias a una mejor gestión del inventario, son más eficientes: se puede hacer más dinero vendiendo menos libros.  Nook es la única parte del negocio que está perdiendo dinero. Ser un minorista de libros no es fácil—gracias, sobre todo, a Amazon—, pero la bancarrota de Borders en 2011 dejó a B. & N. sin un gran competidor a nivel nacional. “En este mercado podrías apropiarte de parte de él simplemente porque eres el único gran librero que queda,” me dijo John Tinker, un analista de los medios de Maxim Group. B. & N. ha evitado generalmente las caras y largas rentas que pueden drenar el flujo de dinero de un minorista; muchas de sus rentas son cortas—lo que le da flexibilidad a la hora de moverse o reducir el tamaño— y, desde que sus tiendas generan flujo de personas (lo que es bueno para las tiendas de alrededor), eso tiene influencia en los propietarios. B & N., quien todavía tiene más de seiscientas tiendas (y seiscientas ochenta y seis librerías universitarias), también guarda cierta ventaja con las editoriales. Como mostró un reciente reportaje de Codex Group, es más común echar una hojeada que buscar en internet o en los medios sociales para encontrar nuevos libros. Así que las editoriales tiene interés en la supervivencia de B. & N.
Por supuesto, hay muchas cosas que B. & N. podría hacer mejor. Su página Web podría ser más atractiva e informal. Sus tiendas, queja de las editoriales, están demasiado desordenadas, a menudo con mercancía no relacionada con los libros, y no hacen un trabajo suficientemente bueno exhibiendo su producto estrella. (La desaparición de la Nook debería ayudar respecto a esto, ya que esas gigantes cabinas expositoras de la Nook ocupaban mucha superficie de suelo.) Puede que también haya llegado la hora de que la firma acoja formas más innovadoras de tasar y vender; Peter Olson, el anterior Director General de Random House, ha sugerido que B. & N. podría juntar e-books, imprimir copias u ofrecer descuentos por volúmenes. Un servicio al cliente personalizado y motivado también marcaría la diferencia. El modelo obvio es la experiencia en las tiendas de Apple. Pero B. & N. podría buscar más cerca de casa. Las librerías independientes están ahora creciendo gracias a sus estrechos lazos con las editoriales y los clientes. “Las tiendas que pueden ayudarte no solo a encontrar lo que estás buscando, sino también ayudarte a descubrir libros de los que no habías oído hablar todavía tienen mucho valor entre los lectores,” dice Daniel Raff, un profesor de dirección de empresas en Wharton que está escribiendo un detallado estudio sobre Borders y B. & N. Esto sugiere que, en vez de sucumbir a la tentación de reinventarse, B. & N. debería concentrarse en algo realmente importante: ser una librería.
Por supuesto, mucha gente considera esto como una estrategia sin esperanza: según su punto de vista, los libros físicos están “tecnológicamente obsoletos”, y la industria del libro está emprendiendo el camino que cogió la industria musical, donde las descargas digitales diezmaron la venta de CD y dejaron a las tiendas de discos fuera del negocio. Es verdad que, entre 2009 y 2011, la venta de e-books se triplicó. Pero el año pasado, de acuerdo con grupos de comerciantes de la industria, la venta de e-books solo subió un cuarenta y cuatro por ciento (actualmente responde a una quinta parte del mercado total). Este tipo de desaceleración en el índice de crecimiento no es lo que esperarías si los e-books fueran a reemplazar a los libros impresos en un futuro cercano. En una reciente encuesta del Codex Group, el noventa y siete por ciento de la gente que lee        e-books dijo que todavía se aferran a los libros impresos, y solo un tres por ciento de los compradores de libros habituales leen únicamente libros digitales.
Los e-books tienen obviamente ciertas ventajas (como el hecho de que puedes llevar contigo muchos al mismo tiempo), pero para muchos compradores de libros su mayor atractivo es que son más baratos. Contra eso, el Codex Group encuentra que personas de todas las edades todavía prefieren los libros impresos para lecturas serias; las ventas de e-books están dominadas por el género de ficción—“lectura ligera.” Estos pueden no ser más que un prejuicio que se desvanecerá a la vez que los e-books vayan siendo más comunes.
Pero leemos las cosas de diferente manera cuando están en una página que cuando están en una pantalla. Un estudio llevado a cabo este año descubrió que la gente que lee una pantalla tiende más a saltarse cosas y a leer menos intensivamente, y muchas de las investigaciones confirman que la gente tiende a comprender menos cuando leen en pantalla. Las diferencias son pequeñas, pero podrían explicar la persistente reaparición del papel. Ciertamente, las ventas de libros de tapa dura aumentaron el año pasado en cientos de millones de dólares.
Para muchas personas, como muestran un gran número de estudios, leer es una actividad genuinamente táctil—el tacto y la vista de un libro tiene un impacto material en cómo nos sentimos respecto a la lectura. Esto no es necesariamente ludismo o nostalgia. La verdad es que el libro es una pieza de tecnología excepcionalmente buena—fácil de leer, portátil, duradera y barata. A diferencia de la transformación que vimos en la música, la transición a los  e-books va a ser lenta; la coexistencia es más probable que la conquista. El libro no está obsoleto. Barnes & Noble solo tiene que asegurarse de que tampoco ellos lo están.

 

(Traducción del inglés: Alex Barandiaran)
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