«Un librero es alguien que cuando descansa, lee; cuando lee, lee catálogos de libros; cuando pasea, se divierte frente a las vidrieras de las otras librerías; cuando va a otra ciudad, otro país, visita a libreros y editores». (Héctor Yánover)
Héctor Yánover (1929-2003),“el más famoso librero de Buenos Aires”, regentó la mítica Librería Norte, en avenida Las Heras de esta ciudad. Desde 1971 todos lo visitaban para escuchar sus consejos: críticos, novelistas, poetas, lectores novatos…; de él se decía que era una fuente única de referencias bibliográficas.
También poeta y escritor, algunas de sus obras más conocidas fueron: «Hacia principios del hombre», «Las iniciales del amor» y «Sigo andando».
En los años sesenta grabó las voces de Borges, Cortázar, Neruda o García Márquez leyendo sus textos y los editó en discos. Yánover fue también director de Bibliotecas Municipales y de la Biblioteca Nacional de la República Argentina, de esta última entre 1994 y 1996.
Algunas perlas ya históricas:
- Un libro comienza a serlo cuando se lee, cuando cumple su función de unir al escritor con el lector.
- En la librería Masperó, en París, pusieron un cartel que decía: «La derecha nos quiere suprimir; si ustedes siguen robando libros, tendremos que cerrar. No colabore con el enemigo». Cerraron.
- A esta altura se me ha desarrollado tanto el ojo que puedo hacer el diagnóstico por el iris. Por la vidriera. Por las mesas. Por el aire de una librería.
- Hay quienes creen que, si van a la imprenta de la esquina de su casa y entregan un manuscrito, ya están en el camino que lleva a la fama y a la riqueza
- Hay librerías que son cementerios de palabras, con nichos hasta el techo, parvas en los rincones y paquetes sobre las mesas; hay librerías donde las palabras son gatos durmiendo en los sillones, con moños rosas y una caja de bombones; hay librerías donde las palabras se avergüenzan y donde Shakespeare y Goethe –si los encuentras– están de espaldas para que no se los reconozca…
Pedir libro
Y hoy, tampoco está de más recordar a Carlos Pascual, Paco Puche y Antonio Rivero en su Memoria de la librería