Me llamo… Natalia Arroyo.
Y en el sector de las bibliotecas libro o como mero lector se me conoce como… Natalia; al menos eso creo.
Me gusta leer porque… me gusta entender cómo piensan y actúan otras personas y porque me encantan las buenas historias, esas que consiguen que salgas de tu mundo por un momento.
Cuando tenía doce años quería ser… una persona capaz de tomar sus propias decisiones vitales, sin imposiciones, como los personajes de mis lecturas y de las películas que me gustaban. En lo profesional no tenía las cosas muy claras por aquel entonces.
Hoy soy… bibliotecaria de formación, responsable de medios sociales en la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, formadora por inquietud (imparto cursos sobre web social y dispositivos móviles para bibliotecarios/as) y estudiante de doctorado en los tiempos libres.
Cuando me toca contarle a un extraño en una boda por qué me gusta leer o ando entre libros le digo que… En realidad nunca me ha pasado algo así, pero lo que me cuesta siempre es explicar a gente que no es del gremio a qué me dedico. Ya cuando estudiaba Biblioteconomía tenía problemas con ello, ¡imagínate! ¿Quién sabe lo que es la Biblioteconomía? En definitiva, dependiendo de si la boda va por el aperitivo o por las copas me extiendo más o menos en la descripción de la pregunta anterior.
Sin embargo, en realidad mi día a día es más bien así… me paso el día conectada y delante de alguna pantalla ―la del ordenador, el móvil o el iPad―, casi siempre en Twitter, Facebook y ahora en Lectyo.
Lo más raro que me ha sucedido nunca fue cuando…alguien intenta ligar contigo hablando sobre libros sin ser lector, esas cosas se notan.
Y lo peor… mi mente selectiva debe funcionar muy bien, porque no recuerdo ahora momentos dignos de ser incluidos en este apartado.
Aún más, si te dedicas a lo mío la gente no dejará de tocarte las narices con… preguntas sobre cuál es el mejor libro electrónico/móvil/tableta para comprar. Aunque en realidad no es ninguna molestia.
He perdido el entusiasmo por lo que hago cuando… no hay nada que represente un reto o un aprendizaje.
Sin embargo, lo mejor de mi trabajo, sin duda… es estar en contacto con la gente del mundo del libro, especialmente con la gente de las bibliotecas, que está hecha de una pasta muy especial.
El mejor día que recuerdo en el trabajo fue cuando… comencé a trabajar. Encontré a unas cuantas personas estupendas que siguen siendo amigos.
Cuando quiero tomarme un descanso me dedico a…hacer sudokus, sobre todo en ese rato en que has acabado de comer y te sientas en el sofá, y a leer o dar paseos con mi perro. Si el descanso es más largo intento viajar o me voy al pueblo, donde no tengo conexión a internet, aunque últimamente con el 3G no hay escapatoria.
Así es como veo el futuro de mi profesión… Últimamente soy reacia a hablar sobre el futuro del libro y de las bibliotecas, me he dado cuenta de que cuando la gente lo hace realmente refleja el presente. A corto plazo todo apunta a que en las bibliotecas lo digital irá ganando cada vez más terreno, sin que lo presencial y el libro impreso dejen de ser importantes.
Eso sí, si un día logro jubilarme querré pasar el tiempo que me queda… viajando, leyendo y aprendiendo idiomas. Quizás retome el latín, siempre me gustó.
Y lo conseguí en… la mesilla de noche del otro lado de la cama.
Y el primero que recuerdo que leí fue… Un libro de la serie de Los cinco. Aún lo recuerdo como uno de los momentos más especiales de mi infancia. Ser capaz de leer un libro con más de cien páginas fue todo un logro.
En mi mesilla tengo ahora para leer… 1Q84, de Murakami. Creo que ya no me queda otro remedio que acabar las tres partes.