Me llamo… Nuria Ruiz de Viñaspre.
Y en el sector del libro o como mera lectora se me conoce como… Nuria, creo, aunque si escucho ese nombre en la calle, no me giro… ni yo misma me re-conozco.
Me gusta leer porque… Me gusta leer porque me viaja. Y me gusta viajar porque el viaje me lee el mundo.
Cuando tenía doce años quería ser…Veterinaria, pero la primera vez que vi a un animal sufrir, me sentí tan apuntalada a tierra, tan inoperativa, que cambié salvar vidas por sanarlas (la literatura es tan sanadora…).
Hoy soy…Un caballo. Y después, poeta, y después, editora, pero antes de ser caballo, poeta y editora, fui y soy lectora, ahí está el origen del resto y del reto. Ah y antes de todo, persona. Y antes célula… y antes… ah si sigo acabaré por extinguirme.
Cuando me toca contarle a un extraño en una boda por qué me gusta leer o ando entre libros le digo que…No suelo ir a bodas, quizá para eludir preguntas como ésta, ja ja ja . Pero si me lo preguntan en otro ambiente, contesto con gusto que para mí leer es la multiplicación en sí misma.
Sin embargo, en realidad mi día a día es más bien así:…Mi día se divide en dos mitades, quizá porque mis días son eso, centauros. Mitad mujer mitad caballo. Por la mañana soy editora de un sello de viajes en el Grupo Anaya y en cuanto salgo soy editora en un sello editorial, escritura de mujeres en español, que acaba de nacer como quien dice, colección eme (Ediciones La Palma), así que en esas horas, me comunico con las autoras, me cito con ellas, luego en silencio las leo edito corrijo, y si me queda tiempo, que siempre lo hay, porque el tiempo no existe, escribo poemas (como aquella no-hermana de Szymborska).
Lo más raro que me ha sucedido nunca fue…Subirme de adolescente en una moto de agua con un desconocido y que en alta mar me pidiera un beso. Debí de naufragar aquel día porque jamás se lo di.
Y lo peor… Supongo que siempre están por llegar…
Aún más, si te dedicas a lo mío la gente no dejará de tocarte las narices con…Aquella máxima (que de tanto repetirse se está convirtiendo en máxima…) la tecnología aplastará el libro como objeto. El aire pisará el papel. Me entristece tanto que me empuja a actuar para cambiar eso desde mi minúscula parcela.
He perdido el entusiasmo por lo que hago cuando…No suelo perderlo. Soy toda un entusiasta con todo aquello que amo. Una entusiasta además que está plena de energía. Hasta que se apague la luz, supongo.
Sin embargo, lo mejor de mi trabajo, sin duda, es…La persistencia. La tenacidad.
El mejor día que recuerdo en el trabajo fue cuando…Uf, hay tantos como menos buenos… No, hay muchos más de los primeros. Tantos que no podría elegir.
Cuando quiero tomarme un descanso me dedico a…Escuchar música o a escribir, a veces estas dos acciones se solapan en una.
Así es como veo el futuro de mi profesión…Gris, desdibujado, como todo futuro, como todo pasado.
Eso sí, si un día logro jubilarme querré pasar el tiempo que me queda…Leyendo y escribiendo cerca del mar, o mejor, en aquel punto exacto en alta mar donde naufragué un día por un no-beso.
Y lo conseguí en…El de Thomas Bernhard fue regalo, y el de Marifé me lo envió ella misma en archivo Word para convertirlo en ese número 6 de la colección eme. (Ya en las librerías por cierto).
Y el primero que recuerdo que leí fue…Una de dos, o tengo demasiados años para recordarlo, o aquel primerizo libro no me marcó especialmente.
En mi mesilla tengo ahora para leer…Tengo de cabecera esta escultura, María Zambrano, E. Cioran, son dos pilares, pero abierto y leyendo, sigo en Thomas Bernhard.
Me gustaría añadir que…Me ha encantado vuestra iniciativa.
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