Pero para situar el asunto en su justo contexto, y apreciar lo que supone contar con un buen editor, no se me ocurre nada mejor que recomendar la lectura de un libro, Llamémosla Random House, de Bennett Cerf, fundador de la famosa editorial hoy cabecera de uno de los grupos editoriales más importantes del mundo.
Llamémosla Random House – Bennett Cerf
Lo de Cerf no es moco de pavo: en su catálogo se reunió lo mejor de la literatura norteamericana y universal, con autores a los que en muchos casos contribuyó decisivamente a dar a conocer o a alcanzar el estatus, nacional o planetario, del que no disfrutaban cuando acudieron a él o él acudió a ellos. No sólo fue impulsor de las carreras de grandes autores norteamericanos como William Faulkner, Sinclair Lewis, John O’Hara, Eugene O’Neill, Truman Capote, William Styron o Philip Roth, sino que se las arregló, a través de su colección popular, la Modern Library, para difundir a clásicos de la literatura universal como Melville, Proust o Joyce.