[El v. 23, n. 2 (marzo-abril de 2014) de la revista “El profesional de la información” tratará de Políticas de información. Paso a publicar por entregas mi contribución (4/6).]
El dominio emergente de lo digital reconfigurará las relaciones del ciudadano con la cultura y debe suponer más información y más capacidad de usarla para el ciudadano. Los espacios de uso libre de la información dentro de lo que han sido las bibliotecas hasta ahora deben extenderse al espacio virtual donde el ciudadano ha de poder encontrar la información que rellena su ocio, le forma y configura su memoria. La biblioteca no edificio y sí organización ha de poder prestar libros digitales, ofrecer información digital para el uso de todos y garantizar que el acervo de lo nacido digital pasará a las generaciones futuras.
Para los ámbitos anteriores hemos afirmado que se daba coincidencia amplia sobre los objetivos finales. En este en cambio incluso estos pueden estar en entredicho ya que la información digital erosiona los modelos de mercado vigentes.
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