Una reflexión estratégica sobre el sector del libro en este momento (mayo-septiembre de 2012) corre el peligro de verse arrastrada por la angustia de la realidad que vivimos y resulte limitada a un análisis estrictamente coyuntural. No es el caso. Es indudable que la situación crítica que viven muchos de los agentes sectoriales como consecuencia del descenso de clientes y ventas condiciona la reflexión y orienta el debate hacia las medidas necesarias para paliar la caída. Por este motivo, es difícil dar con el tono justo entre el realismo de las propuestas y la ambición que requiere un proceso como éste. La situación tiene la ventaja de que no permite inercias e incita a actuar. Y hay cuestiones propias del sector que es preciso revisar y mejorar. Existe también una importante comunidad en torno al libro que contribuye a que sea esencial para muchas personas, más de las que a veces creemos. Contamos con un tejido rico, diverso, con tradición, recorrido y conocimiento como para llevar a cabo un análisis que trascienda el momento y mire con confianza a un futuro que se plantea, por fuerza, distinto. Agradecemos a las personas que han tomado parte en la reflexión su participación activa, su conocimiento y las propuestas vertidas en el grupo de trabajo.
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