Orgullo y pasión
Orgullo y pasión
Vitalista; solitario, mundano, paradójicamente pudoroso, el Eduardo Arroyo que se revela en esta conversación con Rosa Pereda revisa su historia, desde la actividad politica de extrema izquierda, a la España que le impone el exilio; desde la infancia de huérfano temprano, a la hiperactividad juvenil y madura; desde la crítica irónica del presente rabioso, a la mirada utópica al futuro imposible. Realizada en los escenarios de sus paraísos y purgatorios recobrados —Robles de Laciana, Madrid, París, Cadaqués—, el rol de la pintura, la historia de los pintores, los cuadros obsesivos, están tan presentes como sus otras obsesiones: el boxeo, lo toros, el teatro, la política, la literatura. Y la vida. Esta polémica conversación muestra a un Eduardo Arroyo que, sin desdecir nada del personaje público que temen sus enemigos, ni, desde luego, del Arroyo que conocen y quieren sus amigos, aclara, matiza, incluso concluye muchas de las polémicas que han rodeado y rodean su vida y su pintura.