El amor es la desgracia
El amor es la desgracia
Joan Roís de Corella retrató el amor tal y como le correspondía a un aristócrata. Corella buscaba el amor convertido en espectáculo, en una ejemplificación remota y convencional que desechaba los perfiles y los detalles que la vulgaridad de la vida cotidiana impone a las pasiones más elevadas.
Los amores son, siempre, amores desgraciados: los amores felices no tienen historia.
Joan Roís de Corella es un gran escritor, una figura de primera… Su obra representa muy gráficamente un singular cruce de caminos: el tránsito de la Edad Media al Renacimiento. Corella comparte los lugares comunes eróticos que estaban en vigor en la Europa de fines del s. XV, es decir, los juicios o prejuicios que, más que del campo de la literatura, proceden del confesionario, de los salones cultos, del comportamiento de las clases superiores. (Joan Fuster)
En un ambiente literario como el de la segunda mitad del siglo XV, donde abundan la poesía intrascendente, muy pedestre y de procacidad irónica, la obra de Corella, artísticamente aristocrática y voluntariamente culta, presenta un tono especial de dignidad y de inteligencia. (Martí de Riquer)