Escritor en la sombra
Escritor en la sombra
Una mujer necesita dar testimonio de su paso por este mundo, un hombre despechado ansía desahogarse, un estudiante se ve obligado a hacer legible el colofón de sus años universitarios; estos son algunos de los personajes a los que dará voz el negro protagonista de esta obra.
Su labor consiste en escribir por encargo aquello que le soliciten: novelas, memorias, tesis, libros de autoayuda, de cocina o de artes marciales. ¿Un escritor se escribe a sí mismo? ¿Escribe para encontrarse, para encontrarse con los demás, para estar en el mundo? ¿Tiene voz propia o siempre habla por medio de otros, sean estos personajes ficticios o reales como es el caso de nuestro negro? ¿Existe alguna diferencia entre el autor, el escritor y el narrador?
Esta pregunta esencial sobrevuela a lo largo de este magnífico y lúcido ensayo, escrito en un tono entre cínico y ponzoñoso, rebosante de humor y de la felicidad que proporciona saber utilizar en «estado de gracia» la mayor herramienta de la que hemos sido dotados los hombres: la palabra. Palabra que jamás es inocente y, por tanto, fiable.
Orlando de Rudder, narrando su periplo profesional como negro, nos sumerge poco a poco en una reflexión que no por muchas veces planteada deja de ser inquietante: ¿dónde está nuestra voz?
Escritor en la sombra plasma su larga experiencia como negro en la industria editorial. Como él mismo afirma: «Sí, lo verdadero es mentira. Defensores de las transparencias aplicadas, de las realidades consumibles, todo un pueblo de ‘escritores en la sombra’ sirve de alimento a los lectores».