Fotografía de Yohana Agudo
Me llamo… Pep Bruno
Y en el sector del libro o como mero lector se me conoce como… cuentista.
Me gusta leer porque… me alimenta.
Cuando tenía doce años quería ser… escritor, explorador, bombero.
Hoy soy… narrador oral, escritor y, sobre todo, lector.
Cuando me toca contarle a un extraño en una boda por qué me gusta leer o ando entre libros le digo que… lo mío es puro vicio.
Sin embargo, en realidad mi día a día es más bien así:… preparar desayunos, llevar a los niños al cole, hacer la compra, tender la colada, cocinar, hacer kilómetros, contar cuentos, más kilómetros, leer, cocinar, leer, llevar a los niños a natación, leer, amar, más kilómetros, contar, leer, escribir, amar…
Lo más raro que me ha sucedido nunca fue cuando… me encontré leyendo un libro que me estaba contando.
Y lo peor… una noche que me dormí conduciendo cuando volvía de una sesión de cuentos.
Aún más, si te dedicas a lo mío la gente no dejará de tocarte las narices con… esa preguntita que se repite tres o cuatro veces ¿pero de verdad vives de contar cuentos?
He perdido el entusiasmo por lo que hago cuando… mmm, todavía no me ha pasado, pero a veces me agota tener que repetir las mismas cosas: los niños en sillas, la máquina del café no puede moler grano mientras cuento, la puerta no puede estar detrás del cuentista, necesito luz de sala en el teatro…
Sin embargo, lo mejor de mi trabajo, sin duda, es… contar. Contar cuentos a un público que viene a escuchar es absolutamente maravilloso, edificar juntos las historias, emocionarnos con las palabras, mirarnos a los ojos, respirar el mismo cuento… es fantástico.
El mejor día que recuerdo en el trabajo fue cuando… uy, de esos tengo muchos, por ejemplo esas sesiones con adolescentes reticentes que entran a regañadientes y luego no dejan de pedir que vayas a contar año tras año.
Cuando quiero tomarme un descanso me dedico a… pasear, nadar, ver cine, escribir. Y sobre todo leer. Siempre ando a la busca de nuevas buenas historias.
Así es como veo el futuro de mi profesión… frágil pero imprescindible: el ser humano se alimenta de ficción y los cuentos son su mejor plato. Son imprescindibles.
Eso sí, si un día logro jubilarme querré pasar el tiempo que me queda… paseando, nadando, viendo cine, leyendo, viajando (¡por placer!), contando, escribiendo… uy, creo que prácticamente igual que ahora.
Y el primero que recuerdo que leí fue… ufff, muchos cómics de Tintín, Astérix, Mortadelo y Filemón, libros álbum… y El zoo de Pitus, de Sebastià Sorribas.
Me gustaría añadir que… a pesar de que los libros, los cuentos y la ficción siempre me resultan tierras de felicidad, no hay nada mejor que abrazar a los míos.
AEDA, la asociación de profesionales de la narración oral en España: narracionoral.es