El artículo de José Antonio Millán abre el número Vol. 24, Núm. 6 (2015) de El profesional de la información que contiene otros sugerentes artículos sobre el tema.
Introducción
¿Qué está pasando con los libros? Que a todos los niveles, desde su autoría hasta su materialidad, pasando por el circuito autor-lector, e incluso la propia lectura, están siendo mediados digitalmente.
Frente a las muchas esperanzas puestas en la nueva situación, que se suponía que democratizaría la difusión y el acceso a las obras, que abarataría costes y que favorecería en general el acceso a la cultura, la realidad ha demostrado ser diferente. Como es lógico, el libro reubicado digitalmente no ha podido quedar al margen de las tendencias a la concentración y al control características de esta fase del capitalismo.
El resultado puede ser completamente disruptivo, al liquidar un circuito que venía teniendo un funcionamiento aceptable pero consensuadamente mejorable, sustituyéndolo por oligopolios que suministran a consumidores encadenados.
Datos para funcionar
La primera constatación es que los libros, tanto los de papel como los electrónicos, tienen que envolverse en una nube de datos —los metadatos— para circular. Esto significa que los editores tienen una tarea más ante ellos (antes reservada sólo a los bibliotecarios): generar para cada una de las obras que publican una descripción en el formato que las distribuidoras, de ebooks o de papel, exijan.
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