Una vida nunca es suficiente. Por eso necesitamos la literatura. Porque en sus páginas encontramos todas esas otras vidas que deseamos sentir. Y por eso, desde las aulas, es tan intenso el esfuerzo docente por transmitir esa pasión a los alumnos. Porque cada poema, cada relato, cada novela les ofrece instrumentos con que construir su propia realidad. La que ellos elijan. Una realidad que nacerá en ese momento mágico en el que la fantasía de las palabras escritas se funde con nuestros propios sueños. Ese instante en que los lectores somos también autores, pues es nuestra mirada la que crea la acción y somos nosotros los que, con nuestra lectura, la protagonizamos.
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