Se paró el corazón de Mario Muchnik, a los 91 años, en Madrid. Hace un par de años su colega Manuel Ortuño le pidió un título para un libro que iba a publicar con sus conversaciones. Sería el último libro, las penúltimas conversaciones con el hombre que no paró de editar y de reír. El libro saldría después en Trama, la editorial de Ortuño, y tendría el título que puso aquel hombre aguerrido y divertido que hizo de publicar libros el arte de un francotirador solitario: ‘Editor para toda la vida‘.
Así quería ser recordado este argentino que fue físico, abrazó con su padre la pasión de publicar, desarrolló este oficio en España, entre otros con Carlos Barral en Seix Barral, y está en el santuario laico de gente como Jaime Salinas o Mario Lacruz.
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